Foto: referencial
Si se confirma que lo ocurrido el sábado 4 de agosto en Caracas, Venezuela, fue un atentado, serÃa la primera vez que se emplean UAV (VehÃculos aéreos no tripulados) para atacar la integridad fÃsica de un mandatario o lÃder nacional.
A medida que ganan popularidad, los drones han poblado áreas de la industria y el entretenimiento, pero también han comenzado a ser usados para actividades criminales que van del voyerismo al contrabando de narcóticos. Su uso en actividades terroristas ha sido por años un temor de los expertos en seguridad.
Por ahora, las alertas están enfocadas en organizaciones como el Estado Islámico, que según reportes de inteligencia habrÃa trabajado para integrar mecanismos de dispersión de agentes quÃmicos como el cloro y el gas mostaza a drones de uso comercial como los habitualmente empleados para tomar fotos y grabar videos.
Por fortuna, existe tecnologÃa para prevenir que estos aparatos, que muchos consideraron alguna vez como simples juguetes, sean utilizados como armas.
Detección
Cuando vuelan a la máxima altura que alcanzan, los drones ‘civiles’ son prácticamente invisibles y su sonido, aunque distintivo, suele captarse cuando ya están muy cerca.
La detección visual es, por tanto, sumamente complicada, aunque hay empresas trabajando en sistemas de inteligencia artificial programados para ese fin. Mientras tanto, hay que echar mano de tecnologÃas como el monitoreo de transmisiones de radiofrecuencia. Los drones tÃpicamente operan en frecuencias WiFi de 2.4 GHz or 5.8 GHz y estas pueden ser no solo detectadas, sino interceptadas.
Agencias